¿Qué es un juicio rápido? Todo lo que debes saber

El juicio rápido ha tomado protagonismo en el sistema judicial actual debido a su eficacia y agilidad. Y es que es un procedimiento que busca resolver casos menores con rapidez, evitando trámites prolongados.

A través de este artículo, te explicaremos qué es un juicio rápido, sus requisitos, los delitos que se pueden enjuiciar en este proceso y las fases que lo componen.

Juicio rápido: qué es y en qué consiste

Este procedimiento judicial agiliza la justicia al reducir plazos y simplificar trámites, garantizando al imputado sus derechos procesales y de defensa.

En una audiencia preliminar, un juez de turno evalúa la evidencia y decide de manera inmediata.; por lo que las pruebas rápidas y la comparecencia urgente son comunes en este proceso.

El juicio rápido es esencial para el acceso eficaz a la justicia, equilibrando la rapidez con la protección de derechos y el proceso justo, fortaleciendo así el sistema judicial.

El juicio rápido está regulado en el artículo 795 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim).

Requisitos para que se tramite un asunto por juicio rápido

Para que un asunto sea tramitado mediante juicio rápido, deben cumplirse ciertos requisitos fundamentales:

  • El juicio debe partir de un atestado policial: que contenga todos los hechos y detalles, que incluya información del acusado.
  • Delitos leves o faltas menores: el caso debe involucrar delitos leves o faltas menores, como establece el derecho penal.
  • Evidencia suficiente: debe existir evidencia adecuada que respalde la acusación presentada.
  • Ausencia de complicaciones legales: no debe haber complicaciones legales que requieran un proceso más extenso.
  • Agilidad procesal: el proceso se basa en la celeridad, con plazos reducidos y diligencias urgentes.
  • Equidad y justicia: los derechos tanto del acusado como de la víctima se deben preservar en un proceso eficiente y justo.

Delitos que se pueden enjuiciar por este proceso judicial y excepciones

El proceso de juicio rápido se aplica a delitos leves y faltas menores, como establece el derecho penal. Entre estos se encuentran, según la LECrim:

1. Lesiones, coacciones, amenazas o violencia física o psíquica contra personas cercanas

Estas personas pueden ser:

  • Cónyuge o persona con análoga relación de afectividad, incluso tras romperse el vínculo (violencia de género).
  • Descendientes, ascendientes o hermanos del cónyuge o conviviente.
  • Menores y personas con discapacidad convivientes.

2. Delitos contra la salud pública

3. Delitos contra la seguridad del tráfico

Como el delito de alcoholemia, la conducción temeraria, la conducción sin carnet, la conducción sin puntos o la negativa a realizar la prueba de alcoholemia y drogas.

4. Otros delitos contra la propiedad intelectual e industrial

5. Hurtos, robos y delitos de robo y hurto de uso de vehículos

6. Daños

Sin embargo, existen excepciones. Delitos más graves, como aquellos que involucran violencia o delincuencia organizada, generalmente no son aptos para este proceso.

Además, si la complejidad del caso requiere una investigación más profunda, el juicio rápido podría no ser adecuado. Las excepciones buscan preservar la equidad y garantizar que este proceso se ajuste a situaciones donde la agilidad judicial sea factible y justa.

Funcionamiento y fases del procedimiento de un juicio rápido

El juicio rápido consta de cuatro etapas:

1. Apertura de diligencias: la policía tiene hasta 72 horas para realizar acciones previas a la presentación del detenido ante el juez, como obtener informes forenses y notificar derechos a los denunciados, así como citar a los no detenidos y a testigos. Además, podrán realizar pruebas de alcoholemia o toxicidad, solicitando análisis periciales si es necesario.

2. Fase de instrucción: aquí se exponen los hechos a juzgar, realizándose en el juzgado de guardia mediante diligencias urgentes. Durante esta fase, es posible solicitar medidas cautelares o el sobreseimiento, incluso alcanzar acuerdos con el fiscal para una sentencia de conformidad.

3. Juicio oral: si no se llega a un acuerdo, el acusado presenta su defensa por escrito. El juicio oral se celebra en los siguientes 15 días y el juez tiene un plazo de 3 días para dictar sentencia.

4. Sentencia apelable: la sentencia puede apelarse mediante un escrito de apelación en los 5 días siguientes.

Te recomendamos que, ante la brevedad de los plazos del juicio rápido y la posibilidad de reducir la condena llegando a un acuerdo con el Ministerio Fiscal, es importante contar con la defensa adecuada de un abogado especializado en derecho penal, que tenga experiencia en juicios rápidos.