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Hacienda no perseguirá deudas de menos de tres euros

Según una resolución de la Intervención General de la Administración del Estado y de la Dirección General de la Agencia Tributaria, las deudas con la Hacienda Pública inferiores a 3 euros a partir del 1 de junio de 2022 quedarán anuladas y se darán de baja de la contabilidad.

En la resolución, que se aplicará a los 15 días de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (desde el 30 de noviembre), se acuerda la anulación de aquellas liquidaciones en las que resulte una deuda pendiente de recaudar por una cantidad inferior a 3 euros. 

¿Por qué está perdonando la Hacienda Pública esa cantidad de dinero?

Asimismo, se ha estipulado que no se va a continuar la gestión recaudatoria por “motivos estrictamente económicos”, debido a que el esfuerzo que se exige para tratar de cobrar esas deudas no compensa con la recaudación que se puede obtener. Ese esfuerzo monetario determina la decisión de cancelar esa deuda. 

Por otro lado, además de no tener que devolver ese dinero quien se encuentre en deuda con Hacienda por esa cantidad inferior a 3 euros, el expediente se eliminará de su historial. 

¿Cuál es el objetivo de Hacienda?

El objetivo de la Intervención del Estado y la Agencia Tributaria es evitar actuaciones recaudatorias que presuponga un nulo provecho para la Hacienda Pública o para el cumplimiento de los fines encomendados a la Administración Pública.

En este caso, se hace referencia a liquidaciones cuya exigencia de pagos genera unos costes superiores a los recursos que pueden derivarse de esas liquidaciones.

Por todo ello, en la resolución se acuerda lo siguiente:

Se anularán y se darán de baja en contabilidad todas las liquidaciones que vengan de recursos de derecho público de la Hacienda Pública Estatal recaudados por la Agencia Estatal de Administración Tributaria, desde donde se haya generado una deuda pendiente de recaudar por una cantidad inferior a 3 euros.

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Cláusulas abusivas en contratos

Una cláusula abusiva implica un daño para el consumidor y para ello hay una serie de legislaciones que la ampara. 

El hecho de tener alguna cláusula abusiva en un contrato no quiere decir que este se convierta en nulo, pero sí conseguiremos anular de la escritura la parte que afecta al consumidor. 

A continuación, vamos a detallar bien qué son las cláusulas abusivas, cuáles son las más comunes y qué pasos seguir para reclamar una. 

¿Qué son las cláusulas abusivas?

Las cláusulas abusivas contractuales son las que se añaden a los contratos que no han sido negociadas individualmente, que han sido introducidas de mala fe y que causan un desequilibrio importante en cuanto a derechos y obligaciones derivados del contrato, en perjuicio del consumidor.

Un dato importante a considerar es la persona que pretenda alegar la existencia de una cláusula abusiva. En concreto, de su condición o no de consumidor. Por tanto, podrá alegar una cláusula abusiva un consumidor, que es la persona que compra un bien o servicio (y no profesionales o empresarios y personas jurídicas, estos podrán hacerlo pero a través de otro procedimiento diferente).

Las cláusulas abusivas tienen su respaldo legal en:

¿Cuáles son las cláusulas abusivas?

Muchas empresas incluyen en sus contratos una cláusula donde se eximen de responsabilidad. Y aunque el consumidor firme el contrato, este debe saber que puede estar ante una cláusula abusiva y tiene derecho a reclamar.

Algunas de estas cláusulas son las que imponen al consumidor algunos gastos de documentación y tramitación. Por ejemplo, es el caso de que un promotor estipule que el comprador de un inmueble cargue con los gastos de la titulación.

Otro caso es el de las empresas de telefonía que te obligan a tener permanencia, imponiendo al consumidor no darse de baja durante un periodo de tiempo y si lo hacen serán sancionados. Sin embargo, siempre que el consumidor mantenga la buena fe y no aproveche estas ofertas en perjuicio de la empresa (y si a esto le sumamos la insatisfacción del consumidor o que el servicio no se ha prestado de forma correcta), el consumidor no tendrá la obligación de cumplir con los plazos de permanencia.

Otros contratos en los que solemos ver cláusulas abusivas son el de las hipotecas o préstamos bancarios: cláusulas suelo, cláusulas de intereses moratorios, cláusulas de vencimiento anticipado, cláusulas de IRPH y cláusulas de renuncia a una serie de derechos.

¿Qué hacer para reclamar una cláusula abusiva?

Si después de leer y revisar el contrato, detectas alguna cláusula abusiva, lo primero que tienes que hacer es pedir ayuda a un abogado especialista en reclamar cláusulas abusivas. O si tienes dudas sobre si es o no una cláusula abusiva contractual, consúltanos lo antes posible para asesorarte y asegurarnos de que nos prescriban los plazos pertinentes. 

Los pasos son los siguientes:

  • Deberás presentar una reclamación en el Servicio de Atención al Cliente de la empresa que haya prestado el servicio. Y reclamarás que eliminen esa cláusula y la devolución de la cantidad económica que te haya supuesto.
  • Pero, ¿qué pasa si te desestiman la reclamación? El siguiente paso será acudir a la vía judicial. Tendrás que alegar su existencia en el contrato y pedir su nulidad. Con ello, si lo consigues, obtendremos el contrato plenamente vigente y esas cláusulas abusivas desaparecerán, como si nunca hubiesen existido.  

¿Tienes más preguntas sobre qué son las cláusulas abusivas o cómo reclamarlas? Contáctanos sin ningún compromiso para resolver tus dudas.

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Traspaso de negocios en empresas familiares: cómo hacerlo y evitar conflictos

Según las estadísticas, el 80 % de las empresas familiares no pasan de la tercera generación. 

Sin embargo, en España el 90 % de las compañías de diferentes sectores son empresas familiares. Esto significa que más de la mitad del empleo privado se genera por estas empresas.

Uno de los problemas que surgen en la empresa familiar es la sucesión de la administración justo cuando el gestor principal se jubila. 

A continuación, te recomendamos cuál es la mejor forma y cómo hacer un traspaso de negocios en empresas familiares.

¿Cómo hacer un traspaso de negocios en empresas familiares? La donación

El traspaso de un negocio es la cesión de la titularidad de un negocio o de sus derechos de explotación a un nuevo titular a cambio de una compensación. 

Y en el caso de traspaso de negocios en empresas familiares, de padres a hijos, la opción más recomendada es la donación. 

¿En qué consiste la donación?

Cuando un padre dona a su hijo un negocio, el donante cede la titularidad y explotación de la empresa al hijo sin nada a cambio. 

Se caracteriza porque es una transmisión voluntaria de la propiedad (y en vida). Y debido a que debe realizarse de forma legal, debe hacerse mediante contrato. 

¿Y qué ocurre si el traspaso no es familiar? Si el traspaso no es de un padre a un hijo, debe formalizarse por un contrato específico y diferente. Y la persona que recibe la empresa, deberá pagar por este derecho una cantidad acordada. Además, la carga fiscal no está bonificada.

¿Qué implica una donación en términos fiscales?

Por un lado, el hijo debe declarar los bienes adquiridos en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. El tipo impositivo variará según el valor del negocio traspasado y la Comunidad Autónoma donde resida el hijo. 

Y como el patrimonio del padre se altera al realizar la donación, este deberá reflejarlo sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

Por otro lado, el Impuesto sobre el Patrimonio puede afectar a este traspaso de negocio, ya que grava el patrimonio de personas físicas cuando supere una cantidad. Y esto está regulado por las Comunidades Autónomas.

En este sentido, hay una serie de excepciones en las donaciones de negocios familiares, donde hay una exención del pago de este impuesto.

¿Cuándo quedará exenta la donación?

Según la Ley, la donación quedará exenta si los elementos patrimoniales transmitidos están sujetos a una actividad económica. 

Esta actividad económica se define como la ordenación por cuenta propia de los medios de producción y recursos humanos con el fin de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios.

Y en lo que se refiere al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la donación de la empresa familiar tiene una reducción del 95 % (en algunas Comunidades Autónomas puede llegar al 100 %) del valor de adquisición si se cumples estos requisitos:

  • El donante tiene 65 o más.
  • La donación está exenta del impuesto de patrimonio y el sucesor mantiene la exención durante los 10 años siguientes a la transmisión.

Sin duda, en el caso de la transmisión de empresas familiares, un plan de sucesión es la mejor opción para que se determine cómo se va a desarrollar el cambio de administrador y que no afecte a la actividad empresarial; sin originar conflictos legales.

Si tienes dudas sobre los traspasos de negocios en empresas familiares, te recomendamos que nos contactes para que uno de nuestros abogados especialistas pueda asesorarte de la mejor forma según tu circunstancia.