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¿Qué son los complementos salariales y qué tipos existen?

Por norma general, un contrato está compuesto de un salario base y complementos salariales, siendo estos últimos una parte del sueldo que aún muchos empresarios no tienen del todo claro y que deberían saber con más profundidad para organizar correctamente las nóminas de sus trabajadores.

A continuación, vamos a descubrir qué son los complementos salariales, qué tipos hay y cómo se aplican, con la finalidad de resolver las dudas más frecuentes.

Complementos salariales: ¿Qué son?

Según el artículo 26.3 del Estatuto de los Trabajadores, los complementos salariales son cantidades económicas que reciben los trabajadores por cuenta ajena, junto con el salario base.

En otras palabras, es el ingreso complementario al salario base y se fijan según las circunstancias de cada uno, el trabajo realizado y la situación o resultados de la empresa.

Esta retribución engloba tanto al trabajo efectivo como a los periodos de descanso laborales.

Tipos de complementos salariales

Estos son los complementos salariales que normalmente se pactan en la negociación colectiva o entre el empresario y trabajador en el contrato:

1. Complementos salariales según las circunstancias personales del empleado

Aunque se cambien las condiciones del puesto de trabajo, el empleado recibirá estos pluses (de ahí que hablemos de complementos consolidables). Podemos destacar los siguientes:

  • Antigüedad: Se basa en el tiempo de permanencia de un profesional dentro de la empresa; en concreto, dentro del mismo grupo profesional. Este puede fijarse por convenio colectivo o con la empresa a la hora de firmar el contrato.
  • Habilidades especiales, titulación e idiomas: Un trabajador podrá recibir un plus económico si adquiere conocimientos específicos que influyen en el desempeño de su actividad.

2. Complementos salariales según el trabajo desempeñado

Estos pluses se caracterizan por ser no consolidados. Esto quiere decir que, si las condiciones del puesto cambian, el empleado no los percibirá. Podemos ver estos:

  • Por turnicidad: Cuando el empleado trabaja a turnos y los empleados van rotando.
  • Por nocturnidad: El horario nocturno es aquel situado entre las 22 horas y las 6 de la mañana.
  • Por cantidad o calidad de trabajo: Este se mide por la productividad de un empleado, el desempeño, asistencia, puntualidad y horas extras.
  • Por festividad: La asistencia a la empresa en días festivos. Dentro de este podemos ver a su vez otras categorías: por turnos, por residencia y por disponibilidad absoluta.
  • Por lugar de residencia: Complementos que se conceden a los residentes de algunas comunidades como Ceuta, Melilla; Canarias y Baleares.
  • Por función desempeñada: Por las exigencias que demanda un puesto específico.
  • Por riesgos especiales del empleo: Algunos empleados están expuestos a riesgos que conlleva el puesto de trabajo y por ello reciben un plus por penosidad.

3. Complementos salariales por la situación y resultados de la empresa

El objetivo de estos complementos es fidelizar a los empleados. Con ello se consigue fomentar el trabajo en equipo y mantener un ambiente laboral adecuado. Podemos destacar los siguientes pluses:

  • Por beneficios: El empleado recibirá más sueldo cuando la compañía consiga más beneficios.
  • Participación en el capital de la empresa: En este caso, el empleado no recibirá más sueldo, pero sí conseguirá acciones y participaciones de la empresa.

Aplicaciones de los complementos salariales

Según dice la normativa, los complementos salariales se fijan por convenio colectivo o son pactados entre empresa y empleado a través del contrato de trabajo.

Por otro lado, en lo que se refiere a su aplicación hay que plantearse si son consolidables o no consolidables. ¿Qué implica esto? Si el profesional puede exigirlos o no aun cuando varíen las condiciones de su puesto de trabajo.

Habrá que tener en cuenta los siguientes supuestos para entender la aplicación de los complementos salariales:

  • Será consolidables los complementos salariales según las circunstancias personales del trabajador (excepto si se pacta lo contrario); por lo que no se pueden anular ni modificar.
  • En cuanto a los pluses por titulación o habilidades especiales, pueden ocurrir dos cosas: si el trabajador solicita un cambio de puesto, la empresa no tiene la obligación de mantener el complemento. Sin embargo, si es la empresa la que lo decide, sí se seguirá aplicando.
  • En referencia a los complementos salariales relativos al puesto de trabajo o la situación económica de la compañía, no serán consolidables los complementos salariales (a menos que se haya pactado otra cosa).

Ahora que ya sabes los tipos de complementos salariales que existen, te será más sencillo preparar las nóminas de tus empleados. Si te han quedado algunas dudas más, consúltanos y te asesoraremos.

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Qué es la residencia fiscal y qué requisitos deben establecerse para ser residente fiscal en España

Muchos pasan tiempo en otros países y pueden olvidarse de pagar un IRPF específico (según sean residente o no) cuando presenten la declaración de la renta.

Por lo que ser residente o no en un Estado va a determinar los impuestos que tiene que presentar el contribuyente en ese Estado. En otras palabras, la residencia fiscal es el lugar donde un individuo tiene sus obligaciones fiscales, tiene que pagar sus impuestos y declarar sus rentas.

Pero, ¿cómo saber si eres residente fiscal en España? ¿Hay alguna forma de comprobarlo? Para asegurarte debes dirigirte al artículo 9 de la Ley de IRPF de la Hacienda Pública española, donde se establecen los criterios para que una persona física sea residente fiscal.

Criterios para establecer la residencia fiscal en España

Se determinan 3 criterios principales para determinar si una persona física es residente en nuestro país:

1. Permanencia de más de 183 días de año natural en territorio español

Para calcular este periodo no se computan las ausencias esporádicas, como las vacaciones. Es decir que los 183 días no tienen por qué computarse de forma continua.

Asimismo, las obligaciones en contratos de colaboración humanitaria o cultural, no se contabilizarán como estancia en España.
Y si alguien reside en paraísos fiscales en España, la administración tributaria podrá exigir que se demuestre la permanencia durante 183 días en el año natural.

2. Vínculos económicos

El segundo criterio está relacionado con las bases de sus actividades o intereses económicos (directa o indirecta).
Este es el lugar en el que al menos se genera más del 50 % de los ingresos o aquel desde donde diriges tu negocio o se toman decisiones financieras, económicas o empresariales, aunque la empresa no esté situada en ese país.

3. Vínculos personales

Si tus hijos menores de edad, dependientes de ti, y tu cónyuge (del que no estás separado legalmente) tienen su residencia habitual en España, también se te considerará a ti residente fiscal en territorio español, excepto si se demuestra lo contrario.

En resumidas cuentas, si estás en España más de 183 días o tienes las bases de tu negocio en este territorio, tienes residencia fiscal en España, excepto cuando presentes otro certificado de residencia fiscal en otro país. Será suficiente cumplir con uno de estos dos criterios y no con los dos.

Sin embargo, el tercer requisito se trata de una presunción automática que se puede anular si se demuestra que, aunque tus hijos vivan en Almuñécar, tú resides en Alemania y viajas para verlos cuando puedes.

¿Por qué es importante el concepto de residencia fiscal?

Un residente fiscal en un Estado tiene la obligación de declarar todas sus rentas en ese Estado. Es decir, las rentas totales, independientemente del país desde el que se paguen.

Esto quiere decir que, aunque una persona física haya obtenido sus rentas en otros países, pero sea residente fiscal en España, está obligado a integrar todas sus rentas en la declaración de IRPF.

Por otro lado, es importante destacar que nadie puede ser residente fiscal en más de un país durante un mismo ejercicio.

¿Qué ocurre cuando es difícil demostrar la residencia fiscal de un Estado?

Para evitar la tributación en ambos países, existe una resolución de conflictos en la que los Estados establecen un convenio. Estas son las reglas que se aplicarán para determinar la residencia entre dos países (por el siguiente orden):

  • Tener una vivienda permanente. Si no la tiene en ningún Estado o la tiene en ambos, se aplicará la siguiente regla.
  • El lugar donde tenga relaciones económicas y personales más estrechas. Por ejemplo, la escuela de los niños, el gimnasio u otros lugares al que se acuda con asiduidad.
  • El sitio donde vivas de forma habitual (aunque no llegues a los 183 días del año natural).
  • Si con ninguna de las reglas anteriores se llega a un acuerdo, habrá que recurrir a su nacionalidad. Aunque puede ocurrir que sea de otra nacionalidad diferente a la de los dos países en cuestión.
  • Entonces, serán los dos Estados quienes tomen una decisión final.

Teniendo en cuenta que pueden darse estos conflictos, es necesario demostrar dónde vives o que tienes intereses en ese país. ¿Y cómo acreditar a la administración la residencia? Bastará con un contrato de vivienda, las escrituras, las facturas de luz o agua, o incluso con un extracto bancario con el que podrán comprobar las bases de tu actividad o intereses.

¿Cuándo se pierde la condición de residente fiscal en España?

A diferencia de otros Estados, la residencia fiscal en España implica la tributación de todo el año natural (del 1 de enero al 31 de diciembre); no aceptando una fragmentación por cambio de residencia. Esto hace que entre en conflicto con el derecho de la Unión Europea.

Imagínate que te trasladas de forma definitiva a otro Estado el 31 de agosto. Y has estado más de 183 días en España. Por lo que esto significa que eres residente fiscal en España hasta el 31 de diciembre y tendrás que tributar en España la totalidad de tu renta, incluida la obtenida en el otro Estado extranjero a partir del 1 de septiembre hasta el final del ejercicio.

¿Te han quedado más dudas sobre tus obligaciones fiscales y la residencia fiscal? Pídenos asesoramiento legal sin compromiso.

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Sucesión de negocios por fallecimiento: Aspectos a considerar

¿Qué pasa con una empresa cuando el empresario fallece? Esta es una de las preguntas del millón y uno de los miedos más presentes en los empleados de un negocio. Y es que pueden darse dos situaciones: el cese de la actividad o que la actividad continúe.

Según el art 49 del Estatuto de los Trabajadores, existen tres supuestos que permiten extinguir la relación laboral con los trabajadores de la empresa: jubilación, incapacidad del empresario y fallecimiento.

Sin embargo, en caso de fallecimiento, debes saber que no se extinguirán los contratos si los herederos continúan el negocio o se vende el negocio, dando lugar a una sucesión de negocio o empresa (art 44).

Pero no siempre ocurre esto. A veces los herederos comunican a los trabajadores el cierre de la empresa, tras el fallecimiento del empresario. Aquí sí se producen varios cambios que afectan a los trabajadores.

La sucesión de negocios si muere el empresario: 4 situaciones que pueden darse

La empresa engloba el conjunto de todos aquellos bienes patrimoniales que forman los activos materiales y el capital humano, con los que gracias a estos se alcanzan los objetivos económicos y empresariales.

Por tanto, ¿qué pasa cuando una empresa es propiedad de un empresario individual? Cuando el empresario fallece, la empresa pasa a formar parte del patrimonio relicto (que deja alguien al morir), quedando este sometido a las normativas del derecho de sucesiones.

Por norma general, suele haber un testamento y en él se designa al heredero, que va a sustituirle en la empresa. En el caso de que no haya heredero familiar o este haya renunciado, será el Estado el heredero.

Tras el fallecimiento del empresario pueden darse estas situaciones:

A. Los herederos renuncian la herencia

Si esto ocurre, la herencia pasará a los siguientes en el orden sucesorio, quienes podrán aceptarla o rechazarla. Así hasta que no quede nadie y sea el Estado el que acepte la herencia.

B. Los herederos aceptan la herencia

Este es el más común, conforme a la Ley del Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre), art 44.

Esto implica que no se extinguirán las relaciones laborales y el nuevo empresario queda subrogado en todos los derechos y obligaciones, así como en las relaciones contractuales laborales del que fue el titular anterior.

Por lo que la empresa cambia de titular, pero se mantienen todas las relaciones contractuales existentes y las mismas condiciones que se han ido desarrollando.

C. Los herederos la aceptan, pero con el tiempo quieren cederla, venderla o transmitirla a un tercero

También puede pasar que en un primer momento los herederos acepten la herencia y al tiempo no la quieran. Y deciden: cederlo, venderlo o transmitirlo a un tercero.

Los contratos de trabajo permanecerían intactos como en el caso anterior. Asimismo, siempre y cuando la empresa se considere una unidad productiva y haya un titular que quiera continuarla, no se extinguirán los contratos de trabajo.

D. El heredero acepta la herencia, pero no quiere continuar con la actividad

¿Esto es legítimo? ¿Qué pasa con los trabajadores de la empresa cuando se da esta situación? La extinción no se produce si los herederos continúan la actividad empresarial y no prescinden de los trabajadores.

Requisitos para heredar la empresa familiar

Existen bonificaciones de un 95-99 % en cuanto al impuesto de sucesiones a la hora de heredar una empresa familiar. Pero hay una serie de requisitos que deben darse para beneficiarse. Hay que tener en cuenta lo siguiente:

El tipo de sociedad que se hereda

El primer requisito es que la sociedad siga activa, es decir, que tenga actividad económica. Para beneficiarte de la reducción en el impuesto, deberás fijarte detenidamente en la ley del impuesto sobre Patrimonio y la ley del impuesto sobre sucesiones.

Ten en cuenta que no se beneficiarán las sociedades patrimoniales, pero sí las llamadas sociedades holding.

Requisitos para el fallecido

Deben darse los siguientes requerimientos para disfrutar de la reducción del 99 %, en la mayor parte de las Comunidades Autónomas, o del 95 %:

  • La fuente de renta en el IRPF tiene que venir de la retribución en la empresa o sociedad.
  • Antes de fallecer el empresario, debe haber ejercido sus funciones en la dirección.

Estos requisitos se tienen que dar en el causante, pero también por ley se permite que se dé en un miembro de la familia.

Requisitos para el heredero

¿Quiénes podrán beneficiarse de la bonificación del 95-99 % en el Impuesto de Sucesiones? Solo aquellos que sean cónyuges, descendientes o colaterales hasta tercer grado.

Por otro lado, otro factor importante es mantener la empresa durante un periodo de 10 años. En algunas comunidades, el límite es de 5.

Recomendamos que todos estos trámites se planeen con antelación, antes del fallecimiento, para que no surjan problemas ni imprevistos de última hora. Si necesitas ayuda con la sucesión de tu negocio o empresa y quieres mantener una planificación fiscal adecuada, no dudes en consultarnos sin compromiso.