La batalla del Parlamento Europeo por la protección del consumidor digital

En la era digital actual, las prácticas adictivas en Internet son una preocupación actual para el Parlamento.

El scroll infinito, las notificaciones push, la reproducción automática de vídeos, y las limitaciones de disponibilidad de contenido son solo algunas de las estrategias utilizadas por plataformas como YouTube, Netflix, Instagram y WhatsApp para mantener a los usuarios pegados a sus pantallas. 

Estas prácticas no solo son omnipresentes, sino que también se ha demostrado que pueden tener graves consecuencias para la salud mental y física, especialmente en los jóvenes. Problemas como la ansiedad, el estrés, la falta de sueño, la baja autoestima y trastornos alimenticios, son solo algunos ejemplos de los efectos perjudiciales de la adicción a la tecnología.

El Parlamento Europeo solicita una revisión de la normativa para abordar estas prácticas adictivas en Internet

A pesar de estas preocupaciones crecientes, la respuesta legislativa hasta ahora ha sido insuficiente. Por ello, el Parlamento Europeo está dando pasos significativos para abordar este problema emergente. 

El 18 de octubre, el Parlamento Europeo aprobó un proyecto de informe que pide una revisión de la normativa actual para abordar las características adictivas de los servicios digitales.

El Parlamento Europeo critica a las plataformas y empresas tecnológicas que aprovechan las vulnerabilidades psicológicas de los usuarios para diseñar interfaces adictivas con fines comerciales. Y sostienen que su objetivo final no es otro que aumentar el tiempo que los usuarios pasan en línea y recopilar más datos, que son la principal fuente de ingresos para muchos de estos servicios online.

Medidas sugeridas por el Parlamento para combatir este problema

El Parlamento reconoce que la legislación actual, como el Reglamento de Servicios Digitales y la Ley de Inteligencia Artificial, no aborda adecuadamente el problema del diseño adictivo en línea

Por lo tanto, sugiere una serie de medidas para combatir este problema, entre las que se incluyen:

  • Revisión de la directiva sobre prácticas comerciales desleales: esta revisión introduciría el concepto de «asimetría digital» para abordar la explotación de vulnerabilidades psicológicas de los usuarios.
  • Derecho a no ser molestado: se propone un nuevo derecho que protegería a los usuarios de la manipulación constante de las plataformas, como las notificaciones push.
  • Desactivación por defecto de funciones de captación de atención: las funciones diseñadas para mantener a los usuarios en línea, como las notificaciones push, se desactivarían por defecto, y se incluirían advertencias sobre los peligros potenciales de estas funciones.
  • Inversión de la carga de la prueba: si se sospecha que un servicio en línea es adictivo, la carga de la prueba recaería en el proveedor de servicios.
  • Productos y servicios digitales éticos: se impondría la obligación de desarrollar productos y servicios digitales libres de diseño adictivo y dark patterns, que son técnicas de diseño destinadas a influir en las decisiones de los usuarios.
  • Estándares de seguridad en el diseño: los productos y servicios digitales deberían cumplir con estándares de seguridad desde su concepción, similar al enfoque de protección de datos desde el diseño, incluidos en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

La normativa vigente

Aunque estas medidas son prometedoras, mientras se espera una regulación más específica, ya existen regulaciones vigentes que pueden ayudar a abordar algunas de las prácticas adictivas en Internet. 

  1. La directiva sobre prácticas comerciales desleales, por ejemplo, prohíbe prácticas que alteren el comportamiento económico de los consumidores y acciones engañosas
  2. Además, el Reglamento de Servicios Digitales exige que los proveedores de plataformas en línea no diseñen interfaces engañosas o manipuladoras.

La Comisión Europea ahora debe evaluar si se requieren normas más específicas para abordar los diseños adictivos en productos y servicios digitales. 

Esta iniciativa del Parlamento Europeo es un paso importante hacia la protección de los consumidores en el mundo digital y la regulación de prácticas que pueden tener un impacto negativo en la salud y el bienestar de las personas. 

Es indudable que la adicción a la tecnología es un problema real y significativo que merece plena atención. Por su parte, la Unión Europea ya está tomando cartas en el asunto y está solicitando cambios en la normativa actual, puesto que considera que hay lagunas relacionadas con las características adictivas de los servicios digitales.

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